Peñíscola es una de las joyas del Mediterráneo. Al menos su parte antigua ubicada entorno al Castillo, obviando la línea de construcciones nuevas a lo largo de su preciosa y larguísima playa.
Peñíscola reúne varios de los requisitos de elección para hacerlo lugar de base de A Paso Burra, es una ciudad costera, tiene interés en sí misma y está relativamente bien comunicada por transporte público. Al menos, el autobús de línea Peñíscola-Benicarló-Vinaròs va a servirnos de apoyo para un par de rutas. Y aunque hacia el sur no hay servicio de buses, el descubrimiento de la Sierra de Irta nos compensará con creces el pago de taxi para acercarnos a su inicio en Puerto Azul y evitarnos asfalto.
Desde Peñíscola hacemos las rutas
- Peñíscola a Benicarló y Vinaròs
- Vinaròs a Ermita de la Virgen de la Misericordia
- Ni rastro del GR-92, por mucho que lo anuncien. Pero la vista desde la Ermita a San Carlos de la Rápita y el Delta del Ebro, merece la pena, a pesar de la caminata por asfalto. El Delta será próximo destino en ruta a Itaca, cuando nos aposentemos en L’Ampolla
- Peñíscola a Torre Badum en Sierra de Irta
Además, pasear por la zona del Castillo nos recreará la historia de cuando Peñíscola fué sede papal, una de las 3 únicas ciudades del mundo en serlo, en los tiempos del Papa Luna. O gozar simplemente de unos atardeceres fabulosos tomando una birra fresquita en lo alto del peñón, mientras esbozamos un dibujo